Los días 21 y 22 de mayo recién pasado tuvo lugar el XVI Seminario Anual de Conservadores de Bienes Raíces, Comercio y Minas en la ciudad de Viña del Mar, oportunidad en la que correspondía elegir el Directorio para el bienio 2009-2011, resultando elegidos como Directores los mismos colegas que integraron el Directorio en el bienio anterior, esto es:
- Elías Mohor Albornoz, Conservador de Bienes Raíces de Buin
- Ana María Letelier Peres, Conservador de Bienes Raíces de Viña del Mar
- Sergio Rossel Ricci, Conservador de Bienes Raíces de Los Vilos
- Luis Maldonado Croquevielle, Conservador de Bienes Raíces de Santiago
- Mario Olmos Lopomo, Conservador de Bienes Raíces de Pucón
- Jorge Osnovikoff Romero; Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos
- Roberto Bennet Urzua, Conservador de Bienes Raíces de Peumo.
Por la presente editorial hacemos llegar a los colegas elegidos, nuestras felicitaciones, pues la reiteración en su elección es prueba de que su desempeño ameritaba su renovación como Directores de la Corporación.
Le corresponderá al Directorio reelecto velar porque el proyecto de ley que reforma, básicamente el sistema registral, mantenga los atributos del mismo como lo son la certeza y la seguridad de los bienes y derechos inscritos y la independencia de los Conservadores, sin perjuicio de sustituir el folio personal por el folio real, como lo contempla el proyecto, lo que sumado a la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación, dotará a nuestro sistema registral de los medios para optimizar la función que la ley le encomienda a los Conservadores, función que por la naturaleza de ella está sujeta a la supervisión del Poder Judicial del cual los Conservadores forman parte en su calidad de auxiliares de la Administración de Justicia.
La temporalidad de los cargos de Conservador que contempla el proyecto no parece conveniente por no ser acorde con las características de las funciones que los Conservadores ejercen.
Más de ciento cincuenta años de institucionalidad registral son prueba de eficacia que quizá no valga la pena sustituir por modelos que por no tener los atributos de nuestro sistema registral requieren de la contratación de seguros lo que demuestra que si se requiere de seguros es precisamente porque dichos sistema son inseguros.
Cierto es que a la fecha hay una globalización de la economía y que la registración tiene incidencia en el campo económico, más básicamente la tiene en el campo jurídico y, por ende, debe ser esta área la que debe privilegiarse y su esencia no debe alterarse porque de ello pueden derivarse efectos sociales y económicos no previstos y sumamente indeseables por las nefastas consecuencias que pueden tener para el derecho de propiedad sobre inmuebles, para el crédito hipotecario y por ende los titulares de las inscripciones registrales pertinentes.